28 jul 2012

La opinión pública entre la mentira y la verdad

OPINION
Entre la mentira y la verdad se disputan la atención de la opinión pública, con temas que afectan la vida cotidiana de la gente y sus condiciones concretas de existencia... y se disputan la atención de la gente, porque cuando la gente forma opinión sobre un tema, elige. La gente elige a quienes toman o tomarán las decisiones de administrar lo público, la gente es la que elige con que medio informarse.

Ahora... hay temas que toman estado público y atraen la atención de la gente por una cuestión de proximidad o de convivencia con el problema que es cotidiano. La seguridad, la salud, la prestación de servicios comunales, la educación, son un ejemplo de ello.

Durante la semana pasada La Uno Medios dio a conocer públicamente que la Comuna de San José del Rincón había recibido una suma importante de dinero para ser destinada a educación. Esto sucedió en el marco del conflicto que mantienen las cooperadoras escolares con la comuna por una deuda que viene de larga data.

Esta información generó opiniones divergentes, que pusieron el tema de la educación nuevamente en la discusión de la gente. Sin temor a equivocarme, es la información pública la que provoca tensiones entra la verdad y la mentira.

Es la información puesta a disposición de lo público, la herramienta que separa la paja del trigo. Y en esto mucho tienen que ver los medios y los gobiernos. Porque son los gobiernos los que ocultan información, porque son los gobiernos los que imponen su versión oficial… y son los medios los que callan, los que no preguntan, los que se prestan para desinformar o distraer la atención pública.

Todos tenemos la obligación de preguntarnos ¿Cómo se comportan los actores, que son parte de este contexto histórico y social, frente a los temas que dominan el interés y la opinión pública?

Puntualmente este tema me llevó a preguntarme ¿Qué es lo que estamos discutiendo?, ¿si la información es veraz o si tomó estado público?, porque… que la información que aporta el medio (en este caso La Uno), ponga en evidencia la forma en que se administra lo público, queda exclusivamente en el terreno de la opinión pública; y para determinar si la información que tiene carácter público es veraz, debe confrontarse públicamente por alguien que lo desmienta.

Lo que debe ser garantizado es el acceso a la información y si el estado no la da, entonces el rol de los medios de comunicación juega un papel preponderante, poniendo la información a disposición de la gente, para que cada uno, de manera libre, forme su opinión.

Hay algo seguro en esto, el que no sabe es como el que no ve y nosotros hablamos de lo que sabemos y de lo que no sabemos no hablamos. No inventamos cosas que no existen, porque las mentiras tienen patas cortas. Tarde o temprano la gente se entera quienes son unos y quienes son otros.

Sabemos quiénes somos, porque tenemos claro quienes “no somos”, y el que sepamos quienes “no somos”, nos define por descarte. No estamos detrás de la obsecuencia del poder; no nos callamos por la pauta oficial; no ocultamos información; no amenazamos a nadie; no nos ocultamos detrás de los anónimos, y el tratamiento que le damos a la información tiene la carga de la responsabilidad de no defraudar a la gente que confía en nosotros.

Dios nos libre de caer en alguna de estas cosas, porque solo las mentes pequeñas sucumben ante la tentación del poder pensado para pocos.

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